Acapulco.-El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que la violencia que se vive en el país tiene su origen en la falta de atención a los pobres.
Durante su conferencia magistral en la 74 Convención Bancaria, el ex mandatario brasileño señaló que al revisar los periódicos en México el tema prevaleciente es el problema de violencia y criticó que el optimismo y todas las cosas buenas que suceden no sean mostradas.
La reflexión, que motivó el aplauso durante 12 segundos de los banqueros y empresarios presentes en la sala, incluyó la convicción de que debe abatirse el problema.
'Ustedes que son hombres de negocios, hombres que trabajan en bancos, en la industria y el comercio; saben bien que parte de esa violencia que se ha establecido en México no ha surgido ahora, eso tiene su origen (à) en cantidad de años en que los más pobres fueron tratados sin atención', situación que igual se observa en Brasil y otros países, aseveró.
Llamó por ello a revertir la situación, lo que se ha llevado a cabo en Brasil, donde en ocho años se sacó a ocho millones de personas de la pobreza extrema y se elevó 36 millones a la clase media del país, así que 'sí es totalmente posible cambiar la cara de nuestros países'.
Lula da Silva también expuso algunos de los pasos que lo llevaron a ser considerado uno de los mejores presidentes a nivel internacional, al lograr que la economía de Brasil se recuperara.
Pidió a los banqueros a abrirse a los segmentos de la población de bajos recursos:
'No tengan miedo de prestarle a los pobres, ya que el pueblo sabe pagar sus deudas porque lo único que tiene como garantía del préstamo es su nombre', y tratará de mantenerlo limpio.
En el caso de Brasil, expuso que se creó un esquema de crédito consignado con descuento a la nómina, para lo que se coordinaron sindicatos, empresas y bancos, y en la actualidad tiene una cartera que asciende a unos 80 mil millones de dólares.
También se apoyó con crédito a 26 millones de jubilados con un salario mínimo equivalente a 40 dólares, medidas que permitieron incrementar, entre 2003 y 2010, de 30 millones a 115 millones de brasileños con una cuenta en el banco, la mayor tasa de bancarización de los últimos tiempos.
Las decisiones que tomó incluyeron realizar los ajustes fiscales necesarios que permitieran al país recuperar la confianza sobre éste y su senda de crecimiento.
Diversificó sus relaciones comerciales, con la convicción de que no se podía seguir dependiendo de Estados Unidos y Europa, que era necesario mirar hacia América del Sur, América Latina, a México que es la segundo país en población y riqueza en este continente, así como a Africa, Medio Oriente y Asia.
A pesar del rechazo de los expertos, añadió Lula, se logró hacer crecer el mercado interno paralelo al aumento de las exportaciones e incrementar los salarios sin generar presiones inflacionarias, aún cuando el aumento sobre el salario mínimo fue de 60 por ciento en los ochos años de su gobierno.
Estas medidas fueron acompañadas de una distribución de los ingresos, ya que 'es necesario crecer y distribuir al mismo tiempo'.
Igual, con la creación de programas sociales como el de la canasta familiar que atiende hoy a más de 44 millones de personas con una inversión de 7.5 mil millones de dólares, cuando la recomendación era crear carreteras, ferrocarriles y puentes, detalló Lula da Silva.
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