El domingo 26 de octubre se deberán retrasar una hora los relojes por el cambio de horario de invierno. El cambio pretende reducir el consumo de energía, haciendo coincidir el comienzo de la jornada laboral con las horas de luz natural. Dicho cambio, tiene impactos positivos no sólo sobre el ahorro de energía sino sobre sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio. Aunque, según los expertos, el cambio de horario afecta al reloj biológico, pudiendo provocar trastornos en el sueño, especialmente en niños y ancianos, es algo temporal, que suele superarse en dos o tres días. |
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